Bolivia tiene al menos 98 especies de palmeras «únicas en el mundo». El «Janchicoco», que figura en el escudo nacional, es una de ellas. Mide 27 metros de altura, 9 menos que el Cristo de la Concordia de Cochabamba, y radica en Chuquisaca desde hace más de 500 años.
La especialista en botanica y también directora del Instituto de Ecología de la UMSA, Mónica Morales, explica que esta especie habita en la localidad de Zudañez (Sucre) y el noreste de Potosí. «Es increíble como estos gigantes crecen en sitios tan áridos y secos», afirma.
Su origen se remonta a los tiempos de la colonia. «El virrey de Toledo mandó a plantar tres «Janchicocos» en la comunidad de Garcilazo y hace cinco años una Alcaldesa mandó a cortarles», relata.
Sus frutos son ingredientes esenciales para hornear galletas y elaborar «Orchata», la bebida de leche, canela y coco tradicional de Sucre.
Además cuando un trueno produce la caída de estas palmeras, los comunarios emplean el tronco para crear canastas, techados; y las hojas para tejer sogas y colchones.