La Paz, 09 de agosto (RC) .- La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, advirtió que la propagación de la pandemia de coronavirus se está cobrando un alto precio en forma de víctimas entre los miembros de los pueblos indígenas y que la enfermedad, junto a los desafíos medioambientales, representa una gran amenaza para estas comunidades.
En al menos 163 pueblos indígenas se han detectado casos de coronavirus. Con más de 27.000 casos confirmados y un millar de fallecidos, las comunidades se encuentran en alto riesgo, incluso de desaparecer.
Los pueblos indígenas son una de las comunidades más vulnerables a infectarse de coronavirus en América Latina. «Salvo en Belice, El Salvador y Uruguay, todos los demás países de la región confirman casos de personas indígenas contagiadas”, advirtió Myrna Cunningham, presidenta del Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y El Caribe (FILAC).
Bachelet cifró en más de 70.000 el número de personas indígenas afectadas por la pandemia del COVID-19 en las Américas, e incluyó entre ellas a las 23.000 repartidas entre los 190 pueblos indígenas en la cuenca del Amazonas, donde se ha registrado más de un millar de fallecimientos.
A su vez explicó que, en la cuenca del Amazonas, que abarca territorio de Brasil, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Guyana, Surinam y la Guyana Francesa, viven más de 420 pueblos indígenas cuyas tierras son constantemente dañadas y contaminadas por la minería ilegal, la explotación forestal y la agricultura de tala y quema.