El embajador británico en Washington, Kim Darroch, dimitió después del escándalo político provocado por la filtración de unos cables diplomáticos en los que se critica al presidente estadounidense y a su administración y calificaba al mandatario de «excepcionalmente disfuncional» e «inepto».
«Desde la filtración de documentos oficiales de esta Embajada se han hecho muchas especulaciones en torno a mi posición y sobre la duración de mi periodo restante como embajador. Quiero poner fin a esa especulación. La situación actual me está impidiendo desempeñar mi papel como me gustaría hacerlo», expone Darroch en su carta de dimisión.
La noticia de la dimisión se ha conocido poco antes de que Theresa May compareciera ante la Cámara de los Comunes de participar en la sesión de control, que ha calificado de lamentable que se haya visto obligado a renunciar al puesto, «Sir Kim ha dedicado su vida al servicio del Reino Unido y tenemos con él una gran deuda de gratitud, manifestó.
Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores del Reino Unido, Jeremy Hunt, aseveró que los documentos filtrados reflejan la «visión personal» del embajador y no la del Gobierno británico.